Hoy le he pedido que dibuje una golondrina, quizás porque es un ave que siempre me ha gustado especialmente o tal vez, porque eso me hace evocar su llegada en mis recuerdos de niñez, cuando las golondrinas hacían sus nidos en los tejados de alrededor de mi casa. Me encantaba verlas al comienzo de la primavera surcar el cielo de Begíjar, revoloteando en círculos y haciendo los nidos para cobijar a sus crías.
Hay una leyenda que relata, que estando Jesús crucificado, un grupo de golondrinas se le acercaron para retirarle las espinas de su corona y aliviar así su sufrimiento. También se dice que su dorso es negro debido al luto por la muerte de Cristo, y la mancha roja en el pecho por la sangre derramada cuando las espinas eran retiradas.
Sea todo esto verdad o no, estas reflexiones me hacen pensar y me devuelven a un tiempo pasado donde fui muy feliz, lo cual me hace sentirme agradecida.